El partido entre Santos y Morelia, correspondiente a la Jornada 6 del Torneo Apertura 2011 del futbol mexicano, fue suspendido al minuto 40 debido a una balacera que se suscitó afuera del Nuevo Estadio Corona en Torreón. El partido entre Santos y Morelia, correspondiente a la Jornada 6 del Torneo Apertura 2011 del futbol mexicano, fue suspendido al minuto 40 debido a una balacera que se suscitó afuera del Nuevo Estadio Corona en Torreón. El hecho ocurrió cuando el cotejo se encontraba empatado 0-0 y faltaban cinco minutos para que concluyera el primer tiempo, y el ruido de las detonaciones de arma de fuego provocaron el pánico entre jugadores, cuerpo arbitral, aficionados y gente que trabaja en el inmueble. Los futbolistas de ambos conjuntos corrieron a refugiarse a los vestidores, aunque hubo quienes como el portero Oswaldo Sánchez se dirigieron hacia la zona de palcos para resguardar a su familia. La gente en las tribunas se tiró al piso y muchos protegieron con sus cuerpos a niños y niñas que no entendían lo que pasaba, y sólo escuchaban los balazos sin saber de dónde provenían. Los disparos retumbaron en todos los rincones del estadio, e incluso en la transmisión televisiva se escucharon gracias al sonido ambiente, situación que generó angustia y nerviosismo entre la gente. Las detonaciones duraron aproximadamente cinco minutos, y de acuerdo a información que se proporcionó más tarde, se trató de un incidente en el que una camioneta blanca no respetó un retén afuera del inmueble y ello desató una persecución y la consecuente balacera. En el acto un elemento de la Secretaría de Seguridad Pública resultó herido, mientras que se reportó saldo blanco entre el público que acudió al partido, el cual quedó pospuesto sin definirse aún la fecha ni el lugar para su reanudación. Durante y después de los acontecimientos, la comunicación hacia afuera del estadio fue imposible debido a que los teléfonos celulares quedaron volqueados por la saturación de la red, y lo mismo ocurrió con las conexiones internet. Alrededor de 25 minutos después de que dejaron de escucharse las detonaciones, el Presidente de Santos, Alejandro Irarragorri, apareció en el centro del campo acompañado por el capitán del equipo, Oswaldo Sánchez, para transmitir un mensaje de solidaridad a la afición y dar oficialmente por suspendido el encuentro.
El dirigente también ofreció disculpas por el momento que vivieron todos en el inmueble, y se dirigió específicamente al equipo Morelia, al cuerpo arbitral encabezado por Francisco Chacón, y los aficionados que estuvieron presentes. Luego de varios minutos de incertidumbre, en donde las personas corrían de un lado a otro con niños en brazos y lágrimas corriendo por sus mejillas, poco a poco se evacuó el Corona, y la gente que había acudido a presenciar un espectáculo de futbol se fue a su casa con el miedo causado por la violencia que azota a Torreón y prácticamente todo el país. El balompié mexicano quedó marcado con este incidente nunca antes vivido ni visto en un estadio de futbol profesional de esta nación, y completamente ajeno a las cuestiones deportivas.
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