Te enumeramos algunos tipos de hombres con los que debes estar, para valorar al máximo tu futura pareja. Al final, el amor de tu vida tendrá irremediablemente "un poquito de todos ellos", y así será el indicado para tenerlo al lado por el resto de tu vida.
El fiestero Primro tienes que haber conocido y haber estado con un tipo que salga contigo de lunes a lunes a discotecas para bailar hasta el cansancio y a bares para tomar hasta más no poder. Al final te terminas aburriendo del mismo circuito y además quedas en la bancarrota.
El ‘hembro’ Antes de decidir con qué hombre pasarás el resto de tus días, debes estar con un tipo casi modelo, un ‘hembro’, que sea dueño de un físico que sólo ves en revistas y en los avisos de ropa interior. Al menos te servirá para jactarte cuando seas viejita de que tuviste 'algo bueno que coger'.
El principiante Nada como creerse la maestra y él tu mejor alumno de la clase. Menor, con todas las ansias de los pocos años, la impulsividad de la inexperiencia y la gracia de un inexperto.
El experimentado Aunque muchas veces uno termina quedándose con éste, el hombre mayor siempre resulta atractivo para las mujeres. Tiene vida propia, te trata como una reina, tiene sus ingresos y, además, se comporta a su altura, sin escándalos de celos, aprehensiones y cosas de ese tipo.
El hombre Edipo Uno de los tipos de hombres con los que hay que estar antes de enseriarse es con uno que considere que su madre es lo mejor que ha pisado el planeta y que te lo recalque siempre que pueda. Siempre es bueno ver la realidad y ser consiente de que no sirve enamorarte de alguien así.El que te amó de verdad Es necesario haber conocido a un hombre que te haya amado de verdad. Que sea bueno del alma, que te llame todo el rato, que te mime, que te haga regalos, que se lleve bien con tu familia, entre otras cosas. Te aburres, porque quieres algo más intenso, con más adrenalina y no un viejo anticipado.
El tipo cruel y manipulador Siempre hay que tener dentro del currículo amoroso a un hombre de esos que hacen daño a más no poder. Tanto así, que muchas veces uno queda trancada con ellos y no quiere saber más de hombres. Estas relaciones tortuosas siempre dejan una enseñanza.
